1 de febrero de 2011

RED "ESPÍAS con PENSIÓN ANTES DE LOS 60 AÑOS"


Parece que en Hollywood está de moda juntar a una panda de amigotes de una generación de otra época y ponerse a revivir viejas historias. Si hace algún tiempo Sly Stallone comandaba un escuadrón de viejos guerreros, ahora le toca el turno al jubilado en la ficción, pero eternamente hiperactivo Bruce Willis.



Desde el cartel promocional observamos ese póker de grandes estrellas que parecen tener un destello infinito y no estar sujetas al ocaso de su carrera cinematográfica hasta dentro de muchos años. Bruce Willis parece volver a sus tiempos mozos recuperando ese aire socarrón de galán despreocupado, acentuando sus clichés de las epopeyas cómicas de acción trepidante que le hicieron conocido, sin olvidar su cara ensangrentada y sus grotescas muecas de soberbio fanfarrón que le hicieron famoso en la inmejorable saga de La Jungla de Cristal.




Willis se rodeará en ésta ocasión de un grupo fantástico de actores que parecen representar en la pantalla lo que bien pudiera ocurrir en su vida real. “Tiempos pasados en los que fuimos héroes” -parecen querer decirnos en esta nueva película-. Viejos conocidos de la gran pantalla se unen para demostrarnos que siguen en plena forma, que son capaces de rememorar sus mejores tiempos, y que todavía pueden encandilar al público con su actuación a pesar de guiones simplistas. El soberbio y entrañable Morgan Freeman, el alocado y polimórfico John Malkovic y la sargento de hierro Hellen Mirren, liderados por un enamoradizo y bien conservado Willis, nos sustraerán algunas carcajadas en la pantalla al mostrarnos a un grupo de ex-agentes de la CIA jubilados que pretenden destapar una trama en la que se verán inmersos.


 Buenas escenas de humor con un ritmo bien enlazado, seguidas de planos de acción trepidante llenas de grotescas parodias de ese subgénero que representan las películas de espías. Todo esto será más que suficiente para lograr una película muy entretenida, sin apenas segundos para el aburrimiento, que sorprende mucho más de lo que el cartel y los tráiler pudieran habernos llamado la atención.




Si esperábamos que sólo nos hubieran colado unas cuantas tomas - que valen su precio por ese fantástico grupo de actores- sin preocuparse de darle algo más al público, creo que nos equivocamos. La película consigue mantener el ritmo en todo momento y, a pesar de seguir una trama clásica e hiperconservadora con un final previamente definido, consigue hacernos reír y disfrutar de momentos realmente divertidos sin que tengamos que estar preocupándonos de filosofar en un guión complejo.




Las escenas cómicas se suceden durante toda la película, incluyendo algunos gags exageradísimos en cada una de las secuencias de acción que no sólo se han hecho con esmero, sino que desbordan aires grandilocuentes con la técnica del Slow Motion incluida. Dos escenas para enmarcar: la de Bruce saliendo del coche de policía que casi le golpea mientras dispara un arma sin pestañear y la de Malkovic cuando se enfrenta impasible contra el despiadado proyectil de un bazooka.


Es cierto que la película podría haber explotado esa idea de lo que supone el retiro para esos famosos que tuvieron una vida frenética y su momento álgido en otros tiempos. Es posible que la trama hubiera podido buscar ese Inevitable Universal que es el enfrentarse al paso del tiempo que nos alcanza a todos, y escudriñar esos caminos de las dificultades que conlleva el sosiego para esos “tipos duros” que se enfrentan a una soledad sin retorno. Pero en esta ocasión no es así, y debemos acudir a ver esta cinta sin preocuparnos por desgastar nuestra mente interiorizando la importancia o no de relativizar un tiempo que no nos pertenece, un pasado que nunca volverá y un futuro que nunca es suficiente.


Estoy seguro de que hay parte del público entendido que siempre critica negativamente este tipo de obras en las que no resalta nada original, en las que no se utiliza una trama compleja llena de giros imposibles, y en la que no se explotan los sentimientos humanos ni se trata de dar respuesta a los grandes interrogantes de la vida para que luego todo el público tenga que hacer un fórum para explicar la versión que hayan entendido. Pero a veces hay que acudir a las salas para regalarse un ratito de ficción, para desfogarse de la vida real. Quizás lo mejor de este film sea precisamente eso: “Recordarnos que el séptimo Arte, por muy viejo que sea, sirve para hacerte pasar un buen rato, alejarte de preocupaciones, y llenarnos de emociones imposibles”.

0 comentarios:

Publicar un comentario