10 de octubre de 2010

Crónica visita al PARQUE EUROPA DE TORREJÓN DE ARDOZ

En uno de los municipios más poblados del Este de la ciudad de Madrid, se levanta un maravilloso y único parque en Europa de unos 233.000 metros cuadrados. Llevaba muy pocos días abiertos al público, pero ya me habían llegado infinitud de buenos comentarios recomendándome la visita del parque, así que decidimos acudir un lunes laborable, casi a la hora del cierre, para evitar las riadas de gente que parecen acudir los fines de semana.





El parque se encuentra junto al cementerio de Torrejón y, junto a éste, se ha habilitado un terreno de aparcamiento para más de 700 plazas. A pesar de ello, el espacio sigue quedándose corto ante la enorme afluencia de público.


El parque contiene unas 16 réplicas de monumentos de toda Europa, más de 5.000 árboles y 3 lagos artificiales –uno de ellos navegable-.


Nada más entrar por una de sus puertas principales se abría ante nosotros la espectacular columnata que sostiene la réplica de la Puerta de Brandenburgo. La bienvenida al parque no podía resultar más impactante, ya que la escala de 1/2 hace que las dimensiones del monumento sean considerables a pesar de ser la mitad del original. Justo detrás, al atravesar la magnífica puerta entre sus columnas, se puede observar un fragmento original del muro de la vergüenza que separaba la ciudad de Berlín tras la Segunda Guerra Mundial. Desde luego, al ver este fragmento me vino a la mente nuestro castizo Parque de Berlín, en el que se encuentran otros tres fragmentos originales de este famoso muro, por lo que quizás fuese lo que menos me sorprendió de la visita a este prometedor parque.


Caminando unos metros hacia el Oeste, nos encontramos uno de los pequeños miradores del parque, en el que encontramos unos banquitos protegidos por una especie de templete decorativo de colores muy llamativos. Desde esa zona en altura observamos por primera vez la fastuosidad del parque al observar el estanque por el que navegaban algunas barcas de remo que parecían atravesar el Támesis al pasar baja una réplica a escala del Puente de la Torre de Londres. Mirando hacia el lado Este, a lo lejos, observamos las instalaciones de aventura de madera, cuerdas, tablones y lianas. Justo enfrente, teníamos el recorrido de la tirolina que atraviesa el lago de un lado a otro.









La entrada al parque es gratuita, pero cada una de estas actividades de aventura, que seguramente ampliarán la vida del parque, tienen un coste de entre unos 6€ y 10€ según la actividad.






Bajando por una pequeña ladera y caminando a la rivera del río, nos encontramos con una réplica del Teatro Griego, escenario que servirá al mismo tiempo de graderío para contemplar los espectáculos nocturnos veraniegos de la que dicen se trata de una de las mejores y más modernas fuentes cibernéticas de Europa.





Cada uno de los monumentos, cuenta con un cartelito con la descripción de lo que representa tanto en español y en inglés, así como una bandera y un mapa europeo con la situación geográfica del país en el que se encuentra el original. Con estos detalles de inmersión, seguramente los torrejoneros y resto de visitantes podrán enorgullecerse de estar dando un paseo turístico por toda Europa sin gastarse un euro en vuelos.








Avanzando por la ribera del lago navegable volvimos a contemplar la pasarela que conforma la espectacular réplica del Puente de la Torre de Londres, que le otorga un aire aristocrático y romántico al lago que principal del parque. Continuando por el camino, de espaldas al Puente se alza la réplica de la Estatua de la Sirena de Copenhague, que posiblemente sea una de las réplicas que más me defraudo ya que ni siquiera aprovecharon el lago para alzarla sobre las aguas.






Volviendo la vista hacia el lado contrario al lago, pudimos observar la simbólica “Plaza de España” que se compone de una réplica de la conocidísima fachada de la Puerta del Sol de Madrid (¿Será el nuevo lugar elegido por los vecinos para tomarse las uvas en fin de año?), que se levanta en una acogedora plaza, flanqueada por una serie de edificaciones que imitan la arquitectura típica española de distintas regiones. En esta plaza se encuentra una cafetería con terraza al aire libre que seguro será una delicia en la temporada del estío.






Continuando por el sendero, podemos acceder hasta un pequeño lago en el que se encuentra lo que trata de asemejarse a un barco vikingo hundido, del que sólo podemos observar el cascarón de la proa sumergiéndose en el agua como si fuera el titanic. En esta zona han querido traernos la historia de los países escandinavos y, aunque tiene cierta originalidad, quizás habría sido preferible que el barco se hubiera reconstruido para contemplarse navegando en posición desafiante con la vela izada (tal y como solemos imaginar en la memoria esos temibles barcos).







Bordeando el pequeño lago por su flanco izquierdo, podremos llegar hasta una nueva pequeña hondonada del parque en la que nos encontraremos con una ilusionante cascada artificial que, al estilo de la típica pasarela del parque del Retiro, permite pasar bajo su faldón de agua bajo las rocas utilizadas en forma de falsa gruta. La cascada mira hacia un merendero lleno de mesas de madera, ubicado dentro de un entorno de arena y unos cuantos árboles que seguramente buscará su mayor afluencia de público las tardes de los domingos y los días primaverales para los vecinos con ganas de picnic. El merendero dispone de algunas máquinas de bebida y snacks estratégicamente situadas.






Casi al final del recinto, en la parte más al Oeste del parque, nos encontraremos con otra de las réplicas estrellas del Parque, que seguramente será de los monumentos más admirados por los visitantes: la Torre Eiffel de París. Si bien es cierto que no se podrá conseguir una foto del monumento con el fondo del tapiz verde de los campos de Marte como en la original, se pueden conseguir muy buenas imitaciones. Por la noche debe ser una réplica todavía más admirable, ya que la torre está repleta de bombillas que pueden brillar intermitentemente simulando las acciones de su homóloga parisina, ¿Se convertirá en la estrella nocturna del parque?















Regresando por el camino opuesto, junto a la verja más cercana a las viviendas, atravesamos un jardincito bastante florido y muy bien decorado con una serie de arbolitos encopados encima de pedestales.






La primera réplica que nos encontramos por este sendero de vuelta, es la famosísima Fontana de Trevi de Roma. Es imposible que tengamos el mismo impacto de magnificencia que causa la original al ser vista por primera vez, ya que no nos encontraremos con ese espectacular conjunto escultórico de la original tras callejear por cualquiera de sus aledaños de acceso, ni tampoco la veremos arropada con su habitual telón de fondo que conforma el imponente Palacio Poli. Sin embargo, la fuente está muy bien recreada, e incluso ya pueden apreciarse las primeras monedas que los visitantes han ido lanzando al agua imitando una de las cosas típicas que se hace en la original italiana.



Tan sólo unos pasos más adelante nos toparemos con otra fuente, esta vez muchísimo más pequeña que la anterior. Es probable que esta réplica sea una de las más pequeñas de tamaño junto a la Sirenita de todo el parque: se trata del aclamadísimo Manneken Pis. El niño desnudo aparece orinando en el cuenco de la fuente de la misma forma que lo hace su predecesor en Bruselas. Probablemente el original no varíe mucho del tamaño que se ha representado en Torrejón.




Justo al lado de otra de las puertas principales del Parque, se alza la majestuosa y castiza Puerta de Alcalá, también a buena escala por lo que se ha terminado con un tamaño más que satisfactorio. Es posible que no tengamos que esperar a que pasen los coches para poder fotografiarnos con la Puerta más simbólica de los madrileños, como ocurre siempre en la original.






De nuevo avanzando hacia por la otra ribera del gran lago, atravesaremos la Plaza de Europa, creada originalmente para presidir este Parque, con una serie de banderitas de todos los países europeos, focos en forma de estrella y preparada para el espectáculo de luz y color que albergará el parque.


Unos metros más adelante volveremos a viajar a Bélgica para situarnos ante el Atomium, símbolo de la ciudad de Bruselas que aquí también se encuentra representado a escala.






Caminando hacia el extremo Noreste del Parque tendremos que hacer parada obligatoria en la Torre de Belem para disfrutar de uno de los monumentos más característicos de Portugal, proveniente de la ciudad de Lisboa. También aquí echaremos en falta el marco incomparable de las aguas del Atlántico que bañan el edificio original, pero la recreación es de muy buena calidad.






Pasada esa zona dejaremos a un lado otro parque infantil. El parque se encuentra repleto de zonas de esparcimiento especialmente indicadas para los acudir con los niños. Una serie de columpios en forma de castillitos y demás toboganes para el disfrute de los más pequeños. Todas estas zonas son gratuitas para los visitantes, como en cualquier otro parque público. Además existe otra zona del parque en la que se encuentran situadas una serie de atracciones de madera con lianas y cuerdas como las típicas que se habilitan en lo parques de la sierra. En este caso existen distintos circuitos para toda la familia todos ellos con un coste de entre 6€ y 10€.


Junto al recinto de atracciones de madera también podremos alquilar los vehículos de ruedas de paseo que se mueven a pedales, para pasearnos con la familia por todo el parque. En esa misma zona también abonando la cantidad correspondiente se puede practicar el tiro con arco.


Una vez se haya disfrutado convenientemente de las actividades de aventura se puede atravesar caminando la réplica del Puente de Langlois de la ciudad de Arles en el sur de Francia. Este romántico puente nos dará paso a un tapiz verde en el que se representan algunos molinos al estilo típico de los Países Bajos, culminando así nuestra visita al que seguro será uno de los Parques Públicos de la Comunidad de Madrid qué más dará que hablar en los próximos años.






Sinceramente, creo que es una maravilla que los Ayuntamientos nos permitan disfrutar de este tipo de parques temáticos de forma totalmente gratuita y a tan pocos kilómetros de la capital. Mis felicitaciones a los vecinos de Torrejón de Ardoz, por su nueva obra de arte.










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